¡Atención, atención! Se ha descubierto el secreto para que el municipio de Plottier haga obras y se preocupe por sus ciudadanos: ¡elecciones todos los años! Parece que nuestra querida ciudad ha caído en la más ingeniosa estrategia para motivar a las autoridades a trabajar: la amenaza constante de perder sus puestos políticos.

Es simplemente sorprendente cómo, justo en el año electoral, la actual gestión municipal ha despertado de su letargo y ha comenzado a moverse, casi como si de un sueño profundo se tratara. ¡Qué casualidad! Es como si el calendario electoral tuviera poderes mágicos que activan un botón de «acción» en los despachos municipales.

Hemos visto cómo, de repente, las obras que llevaban años esperando por fin han comenzado. Las calles que parecían pistas de rally ahora están siendo reparadas, el alumbrado público oscuro como un cuento de terror ahora brilla como un día de sol y los parques abandonados han vuelto a la vida con un resplandor electoral.

Es como si la voz del pueblo solo fuera escuchada cada cuatro años, cuando el sonido de las urnas empieza a retumbar en los oídos de nuestros gobernantes. Y así, de manera mágica, aparecen las promesas cumplidas, los proyectos en marcha y los abrazos cariñosos a los ciudadanos.

Claro está que durante los otros tres años, Plottier debe contentarse con la inacción y la indiferencia. Pero, ¿quién necesita obras todo el tiempo? Después de todo, ¿quién necesita que las calles estén en buen estado, que haya iluminación adecuada o que los espacios públicos sean cuidados? ¡Seguro no nosotros, los vecinos!

Podemos sentirnos agradecidos por la oportunidad de tener elecciones cada cuatro años, esa es la única manera de que nuestro querido municipio se acuerde de nosotros. Es como tener un cumpleaños cada cuatro años, pero en lugar de recibir regalos, recibimos promesas de campaña.

Así que, queridos vecinos de Plottier, podemos estar tranquilos. Si queremos que nuestro municipio haga obras y se preocupe por nosotros, solo tenemos que esperar pacientemente a que se acerque el próximo año electoral. Mientras tanto, disfrutemos de nuestras calles deterioradas y nuestros parques abandonados. ¡Esperemos que la magia electoral no desaparezca pronto!

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