En medio de una encrucijada política marcada por el centralismo y la disputa por los recursos provinciales, es fundamental alzar la voz en defensa de la provincia de Neuquén y de toda la región patagónica. La lucha por la autonomía y la justa redistribución de los ingresos se convierte en una batalla vital en un país donde el federalismo es constantemente vulnerado.

La historia nos enseña que las provincias son preexistentes a la Nación y merecen un respeto inquebrantable. La Declaración de Villa La Angostura, suscrita por las provincias patagónicas, es un ejemplo elocuente de la necesidad de defender nuestros derechos ante los embates del centralismo. En este sentido, las palabras de los gobernadores patagónicos, plasmadas en el comunicado «Las provincias unidas del sur», resuenan con fuerza y determinación.

El gobierno actual, bajo la dirección del polémico Javier Milei, ha exacerbado la tensión al atacar al valiente gobernador Ignacio «Nacho» Torres de Chubut, quien ha enfrentado con valentía los abusos centralistas. En lugar de respetar la diversidad de las provincias y trabajar en conjunto por el bienestar de toda la nación, las acciones de Milei han exacerbado las divisiones y amenazado la cohesión federal.

El comunicado conjunto de los gobernadores patagónicos, titulado «Las provincias unidas del sur», resuena con la esencia misma del federalismo. En él, se destaca la preexistencia de las provincias a la Nación, reivindicando su derecho a ser tratadas con respeto y dignidad. Los gobernadores, elegidos por el pueblo de sus provincias, no son subordinados del Poder Ejecutivo Nacional y tienen la responsabilidad de velar por los intereses de sus habitantes.

La situación en Chubut es un claro ejemplo de las represalias sufridas por una provincia que ha decidido defender sus derechos. El Ministerio de Economía de la Nación, en un acto ilegal, retuvo más de $13.500 millones, afectando gravemente el derecho a la educación, la salud, la seguridad y el desarrollo de más de 600 mil chubutenses. La justicia federal ha decretado la ilegalidad de esta quita, subrayando la necesidad de respetar los derechos de las provincias.

El intento de privar a Chubut de sus derechos, además de ser una afrenta a la provincia hermana, es un atentado al sistema federal argentino. No se pueden aceptar patrones de estancia ni el unitarismo que pretende pisotear a las provincias en aras de intereses centralistas. Es momento de repudiar tajantemente estos ataques y solidarizarnos con el gobernador Ignacio Torres y el pueblo de Chubut.

La determinación de Chubut de ejercer plenamente sus derechos sobre sus recursos hidrocarburíferos es un acto de soberanía que merece el respaldo de todos aquellos que creen en un país federal y equitativo. La retención ilegal de fondos por parte del Ministerio de Economía no solo es un ataque a una provincia, sino una amenaza a la misma existencia de la República Argentina.

Es inaceptable que los gobernadores sean tratados como meros empleados del Poder Ejecutivo Nacional, cuando en realidad representan la voluntad soberana de sus provincias. Su deber es defender los intereses de sus ciudadanos, incluso frente a las presiones y represalias del gobierno central.

La decisión del gobierno del Chubut de ejercer en plenitud sus derechos sobre los recursos hidrocarburíferos es un acto de valentía y dignidad frente a la opresión centralista. La amenaza de retener fondos como medida coercitiva es una estrategia peligrosa que pone en riesgo la estabilidad misma de la República Argentina.

El unitarismo y la prepotencia caracterizada y enraizada en la Casa Rosada no tienen cabida en un país que se precie de ser federal. La solidaridad entre las provincias es la clave para resistir los embates del poder central y defender la diversidad y la riqueza de nuestra geografía y nuestra cultura.

Es hora de cerrar filas en defensa del federalismo y los derechos provinciales. La unidad y la determinación son nuestras armas en esta lucha por la justicia y la equidad. Si el gobierno central persiste en su política de hostigamiento y abuso, las provincias responderán con firmeza, protegiendo sus recursos y su autonomía como un baluarte indispensable para el futuro de nuestra nación.

Neuquén y la Patagonia no están solas en esta batalla. Es hora de alzar la voz y defender con orgullo nuestra identidad y nuestros derechos como argentinos. La historia nos juzgará por nuestra capacidad de resistir y mantenernos firmes en la defensa de lo que nos pertenece por derecho propio.

Por Tadeo Casteglione

Periodista - Analista Internacional - Experto en Relaciones Internacionales

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